Hablemos de granitos...

Todo el mundo tiene acné, pero las mujeres somos especialmente dramáticas al respecto. Siempre que un grano asoma en nuestro rostro hacemos hasta lo imposible por taparlo, aunque eso en lugar de camuflarlo lo resalte más. Yo estoy obsesionada con los granos y los puntos negros! Por fortuna durante la pubertad no tuve mucho acné, pero me quedó el buen hábito de limpiar mi piel todos los días (varias veces al día). 

Para comenzar a tratar este molesto problema cosmético (que muchas veces de tan severo se torna un problema médico) debemos saber qué es el acné. El acné es una inflamación de la piel que se caracteriza por la presencia de erupciones superficiales ocasionadas por la oclusión de los poros. Pueden presentarse a cualquier edad tanto en hombres como mujeres pero, dado que la causa principal de su existencia es el cambio hormonal, la pubertad es el momento de mayor presencia.

Si bien es importante usar productos específicos para el cuidado del rostro y la prevención del acné, nada es tan efectivo como la limpieza con agua tibia y jabón neutro. Las chicas coquetas a quienes le encanta usar mquillaje deben elegirlos de calidad y, en lo posible, oil free y no comedogénicos (que no tapan los poros ni provocan erupciones).


Antes de dormir o cuando se llega a casa después de un largo día hay 3 pasos claves que hay que seguir para tener una piel espléndida.

1. Limpiar, con un gel de limpieza o simplemente agua y jabón dermatológico.
2. Exfoliar, con cremas dermoabrasivas y suaves masajes.
3. Tonificar, con lociones astringentes. Algunas tienen un efecto fresh muy agradable.

Yo uso productos Clean&Clear y Nivea. Para los puntos negros hace varios años descubrí una mascarilla de Avon muy buena que se coloca sobre las zonas a tratar en una fina capa, pasados 20 minutos se endurece y se retira como si fuera una curita. Luego se retiran los residuos que pudiesen quedar con agua.

(foto con mi mascarilla)